Para comenzar, la niñez es una etapa crucial en el desarrollo humano, teniendo importancia en que sienta las bases para el futuro de cada persona y a su vez para la sociedad. Desde la perspectiva del Hogar Nuestra Señora del Milagro, esta importancia se vuelve aún más evidente.
La niñez es un período en el que se adquieren habilidades fundamentales, valores y creencias que formarán la personalidad y el comportamiento a lo largo de la vida. Durante esta etapa, los niños y niñas son especialmente susceptibles a la influencia de su entorno y las personas que los rodean. Es en este momento en el que un trabajo social efectivo puede marcar una diferencia significativa en la vida de los menores.
Desde esta perspectiva, las jóvenes que ingresan al Hogar Nuestra Señora del Milagro, tienen la oportunidad de establecer relaciones significativas, ya sea con los adultos de apoyo como las Hermanas, personas que brindan un voluntariado o con las practicantes que los acompañan. Estas relaciones pueden brindarles el amor, la atención y el cuidado que necesitan para superar las adversidades que han enfrentado. Además, estas experiencias pueden sentar las bases para relaciones saludables en el futuro.
El trabajo social, entre sus diferentes tareas, implica ayudar a los menores a desarrollar resiliencia. La resiliencia es la capacidad de afrontar y superar desafíos, y es una habilidad esencial para la vida. A través del apoyo emocional y la enseñanza de habilidades de afrontamiento, los trabajadores sociales pueden empoderar a los niños y niñas para que se conviertan en individuos resilientes y capaces de enfrentar las adversidades.
A modo de conclusión, la niñez adquiere una importancia vital en la vida de los menores y en la sociedad en su conjunto. El trabajo realizado en el Hogar Nuestra Señora del Milagro, no solo brinda refugio temporal, sino que también moldea el futuro de los niños y niñas, empoderándolos para superar las dificultades y convertirse en individuos resilientes y capaces de contribuir de manera positiva a la sociedad. La importancia de la niñez en el trabajo social es innegable, y la labor realizada por las Hermanas a cargo y las practicantes es un testimonio de la capacidad transformadora que tiene el apoyo adecuado en esta etapa fundamental de la vida