Un gusto presentarme, mi nombre es Angie Vega Mahecha, soy estudiante de séptimo semestre de Trabajo Social en la Corporación Universitaria Minuto de Dios, hago parte del equipo de practicantes de la Fundación Lideres Monarca en esta primera mitad del año 2023.
Desde un principio me llamó mucho la atención la labor que realiza la Fundación Líderes Monarca, el proteger los derechos de los niños, garantizarlos y defenderlos es una gran labor, empoderar a las personas y formarlos como agentes de cambio es una gran apuesta que no tiene desventaja y detrás de esta iniciativa hay un gran equipo, que se dedican a aportar un granito de arena para el bienestar de sus beneficiarios; en este caso, las niñas del Hogar de Nuestra Señora del Milagro, con quienes tuvimos la oportunidad de tener un acercamiento y conocer un poco su manera extraordinaria de ser.
Todos somos humanos, se vuelve una necesidad el dar y recibir cariño, apoyo, sentirnos valiosos y valiosas en un mundo que cada vez se torna más cruel y despiadado, es asi, como siento personalmente, que la fundación brinda a esas personitas que necesitan ayuda, apoyo, cariño, educación, ya que por uno u otro motivo no han tenido los recursos suficientes por motivos políticos, culturales o socioeconómicos, logrando asi personas más fuertes, luchadoras, agradecidas, con ganas de comerse el mundo y de superarse.
Es inexplicable el sentimiento que se siente a la hora de compartir con las niñas, de escuchar sus ocurrencias y aportes tan valiosos, creando la necesidad de velar por su bienestar, de querer ser mejor profesional sembrando un cambio en ellas o en el menor de los casos llenarse de amor que es aún más gratificante, con el carisma y felicidad que irradian a diario, con sus ocurrencias, con sus chistes y risas contagiosas, verlas desenvolverse y dar su punto de vista sobre cualquier tema, pero lo mejor, corregirse entre ellas con respeto y aprender la una de la otra.
Es increíble ver las ganas de aprender que tienen, las ganas de comerse el mundo, de ser futuras profesionales, pues en la actividad que tuvimos la oportunidad de realizar, buscamos conocer su sueño más anhelado o el gran llamado “¿qué quiero ser cuándo grande?”, lo que les gusta hoy en día hacer y reconocer algunos de los derechos tan primordiales que poseemos, en el hogar hay 14 niñas, pero tambien futuras médicas, militares, viajeras, biólogas marinas, astrónomas, bailarinas, todas y cada una con sueños y metas que quieren cumplir.
Es por ello y muchas cosas más que la dedicación, trabajo y tiempo empleado con las niñas, lo hacemos desde el amor, con esperanza de cambio y no sólo la esperanza sino luchando a diario por convertirlos en agentes de cambio e impartiendo valores como autonomía, aprendizaje, colaboración, empatía, justicia, honestidad, gratitud, prudencia, superación y respeto que hoy, mañana y todos los días nos definirán cómo personas.