Tal como se lo escuche a un gran ser humano: “Toda persona tiene un propósito en la vida” y desde ese momento estoy trabajando en pro de encontrarlo, pero, ¿cómo lo puedo encontrar? en estos momentos diría que, profundizar en diferentes campos, diferentes contextos sociales, con diferentes personas y personalidades por supuesto, diferentes complejidades y problemas que abordan todo ese contexto, en el proceso de esa búsqueda, me esfuerzo por informarme, aprender, culturizarme y crear herramientas o material didáctico para las intervenciones, para que aquellos encuentros con las niñas del Hogar Nuestra Señora del Milagro o para las intervenciones con los jóvenes que cumplieron su sanción restaurativa o para aquellas niñas que hicieron alguna vez parte del Hogar mencionado anteriormente, sean encuentros agradables, donde abunda el diálogo, dónde lo didáctico toma un papel muy importante en la sesión, dejando un lado lo que pueda ser tedioso para ellos y de igual manera poder obtener información muy valiosa que nos guía a mejorar su bienestar social.
Al día de hoy estoy convencida gracias a mi labor en Fundación Líderes Monarca y del aprendizaje que a diario logran impartirme, que mi vocación y mi propósito en esta vida es apoyar a las personas que necesitan una mano amiga, influir o colaborar en la mejoría de un proceso que de una u otra manera los esté afectando, procesos de los cuáles yo también aprendo y por ellos, la idea es seguir creciendo profesionalmente, instruyendome para instruirlos y lograr un cambio positivo en este mundo lleno de recelo, para que cuando ya no seamos capaces de cambiar una situación, podamos cambiarnos a nosotros mismos, por eso y más es importante aprender de nuestros fallos y utilizarlos para generar nuevas oportunidades, no sólo individuales sino también colectivas.